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8/12/09

La Navidad como en cada verano



C
ada mes de diciembre, las playas seducen a millones de turistas que han optado por trasladarse a ellas para disfrutar la llegada del verano. Las palmeras proporcionan la sombra idónea para tender camillas debajo de ellas y percibir con clarividencia la manera en que los rayos del sol aumentan la temperatura del mar.

Entre las ondas formadas por las olas que fluyen de manera natural y la arena que en tonos crisálidos se desliza por los dedos de los pies, existe una vorágine de contradicciones con el retrato que “los gringos” /como coloquialmente se conoce a los estadunidenses/ pintan sobre la Navidad, o al menos así lo piensa Andrés González, jóven chileno de 20 años que argumenta no entender el porqué los paisajes navideños figuran el clima perteneciente de un reducido número de países cuando en el resto del mundo las grandes superficies teñidas de blanco y los bultos de nieve vestidos cual si fuesen “monos” sólo se aprecian en las tarjetas postales.



Fernando Vega, argentino de 18 años, coincide con el testimonio anterior e imagina que en su país “Santa Clauss debe ir en bermudas y camisa de manga corta, con chanclas en vez de sus botas para repartir los regalos”. Su caso representa a la totalidad de pobladores de naciones que conforman el Hemisferio Sur, pues mientras en el Norte del planeta se vive un clima friolento alusivo al invierno, en el Sur es celebrado con temperatura cálida debido a la llegada del verano.

Siendo así, el escepticismo de territorios nevados en los que sólo es posible desplazarse en trineo cobra todo sentido, incluso Daniela Díaz, usuaria chilena de internet quien al igual que un grupo de internautas que depositan sus comentarios en un foro de Yahoo basado en preguntas y respuestas, argumenta que jamás ha visto un solo venado (ni en botarga) en las calles de su ciudad, en cambio, abundan los “pascueros” (hombres vestidos de Santa Clauss) que se derriten, quienes encima de tener que soportar la intensidad de las altas temperaturas en verano deben resistir el sofoco que les ocasionan sus ropajes. “El sudor que inunda sus caras es parte del conjunto que portan”, dice.




En Santiago como en el resto de la superficie Chilena, las temperaturas pueden llegar a alcanzar hasta 38 grados centígrados, a esas alturas, puede percibirse a conglomerados de gente que por tal de no perder la tradición, asisten a tiendas para comprar los regalos que han de compartir después con sus familias, lo peculiar del caso es que las compras en un clima como tal resultan una lucha contra el stress generado por el calor. Cajas tras cajas de mercancías más una montaña de consumismo son tan efectivas ahí como en China, la única diferencia es, sin duda, la transpiración de los clientes.

En México, pese a las diferencias de clima marcadas a lo largo y ancho del territorio por su gran extensión, puede inferirse que la temperatura coincide en una baja considerable, “¡huele a invierno!”, medito mientras reflexiono en que al otro lado del Hemisferio enfrentar la Navidad con unas gafas de sol y un bloqueador es la constante del día a día, SÍ, aunque las cintas navideñas procedentes en su mayoría de los Estados Unidos y su legado dispersado por el resto del mundo les den cuenta de una realidad muy distinta a la suya...

Ni hablar, tendrán que conformarse con vivir la Navidad como en cada verano.

7/12/09

Tercera edad, distintas dimensiones




Su pelo canoso externaba sabiduría, su experiencia se mostraba en las arrugas de sus manos; aún así intentaban esconderlo, ellas vestían de manera moderna sin perder el estilo clásico, sus peinados parecía obras de estilistas profesionales, casi imaginaba sus gestos fruncidos al cerrar los ojos a causa del spray.Ellos caminaban con elegancia, su anunciada joroba era sometida por el orgullo, su mirada expresaba picardía, y aún así traicionaba la simulación de juventud, sin embargo el típico suéter de rombos con la imagen de abuelo que la mercadotecnia se había encargado de crear, ocasionaba ternura en nuestro interior.
Cargaban bolsas con el nombre de diferentes editoriales grabados en la parte exterior, se percibía fácilmente el esfuerzo de sus articulaciones o tal vez simplemente fantaseé recordando aquellas películas con el señor de barba larga, quién descubría las funciones perfectas que se realizaban al interior del cuerpo humano, pero lo que si era realidad era la diversidad que existía dentro de las bolsas, pequeños, gordos, con ilustraciones, de ficción, etc.…., aquellos en plena juventud, desearían tener el tiempo para introducirse en aquel mundo de letras, mientras ellos, desearían tener la vista y la energía de los menos viejos.
Después de observarlos, los rebasé, pues me esperaban en la salida de la FIL para regresar a mi ciudad, iba un poco adormilada en el asiento de atrás, mis padres platicaban de diferentes temas, cuando de repente unas luces parpadeaban, provenientes de los vehículos que venían en sentido contrario por el otro carril “ha de haber pasado algo malo”, dijo mi papá al momento en que bajaba la velocidad.
Avanzamos varios metros y un hombre con su franela en la mano hacía señas para que desviáramos nuestro vehículo, una camioneta pick up estaba volcada, creímos que había sido una pequeña distracción, pero después en el asfalto distinguimos un hombre de avanzada edad, con huaraches, una camisa azul a cuadros, y posiblemente un rostro manifestando dolor, sin embargo la sangre lo cubría y corría hacía el suelo lentamente, formando un enorme charco.
Su cuerpo se mostraba rígido pero su precipitada respiración desvanecía el pensamiento de un terrible acontecimiento, las ambulancias aún no llegaban y pensaba en aquellos ancianos de Guadalajara, tal vez ya situados en su cómodo sillón leyendo los libros de reciente adquisición, mientras kilómetros más tarde un campesino interrumpió sus labores inevitablemente.


6/12/09

La vuelta al mundo en cuestión de minutos




Fotogalería: Laura Rodríguez y Adrián Mariscal




Productores, guionistas y voces: Andrea Preciado, Laura Rodríguez y Adrián Mariscal



Es la crónica de una fascinante aventura a través de la cual una joven citadina se permite recorrer el mundo a través de una pequeña selva, la cual se encuentra en su lugar de residencia y donde descubre un mundo radical, conviviendo con animales y al final, conoce a los habitantes de una tribu africana.

La joven se permite compartir este viaje junto con otras personas, niños y demás, que al igual que ella, se muestran sorprendidos por el maravilloso viaje.

Esta historia relata cada detalle de tal manera que permite al radioescucha remontarse hasta el lugar real, los sonidos de los animales permiten conocer el ambiente en el que se desarrolla la historia e incluso las voces del resto de los viajantes permiten conocer la fantasía de esta aventura.